1.- Duerme mejor y más profundamente.
Es posible que te cueste salir por las mañanas y tomar la bicicleta en vez del calentito (aunque a menudo abarrotado) transporte público pero está más que demostrado que por la noche te será mucho más sencillo el conciliar el sueño si haces un poco de ejercicio suave cada día.
La escuela universitaria de medicina de Stanford (ya la hemos citado anteriormente en este blog), propusieron a varios pacientes con insomnio que pedalearan 20-30 minutos al día. ¿Con qué resultado?
Todos redujeron en media hora el tiempo necesario para quedarse dormidos y aumentaron en casi una hora su tiempo de descanso.
El hacer ejercicio al aire libre te expone a la luz solar y esto ayuda a sincronizar y ordenar tu ritmo circadiano a la vez que libera tu organismo de cortisol, la hormona del estrés que puede privarte de un sueño reparador”, afirma el profesor Jim Horne del Centro de Estudio para el Sueño en la Universidad de Loughborough.
2.- Permanece siempre joven.
Los científicos de la Universidad de Stanford, han demostrado también que montar en bicicleta con frecuencia puede proteger tu piel contra los efectos dañinos de la radiación solar así como reducir los signos de envejecimiento.
Según el dermatólogo Christopher Rowland Payne, el incremento de la circulación sanguínea provocado por el ejercicio transporta el oxígeno y los nutrientes necesarios a las células epiteliales de una manera más eficiente a la vez que elimina toxinas u otros materiales de desecho.
El ejercicio moderado también crea un estado ideal para optimizar la producción de colágeno, ayudando a reducir la aparición de arrugas y acelerando el proceso de cicatrización.