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A menos de dos kilómetros de la meta el escocés Callum Hawkins cayó desplomado tras recorrer casi 1000 metros prácticamente inconsciente.
Los Juegos de la Commonwealth nos han dejado una gran polémica que por desgracia parece repetirse con demasiada asiduidad últimamente.
El fondista escocés Callum Hawkins iba en primer lugar tras casi 40 kilómetros recorridos cuando de manera bastante repentina empezó a dar muestras de que algo no iba bien.
Sabiendo que una máxima en los deportes de fondo es maximizar la eficiencia y realizar el menor esfuerzo posible, era muy extraño ver como le costaba seguir una línea recta e incluso se acercaba peligrosamente al bordillo de la acera donde se encontraban los espectadores.
No dejó ninguna duda cuando unos metros más tarde se desplomó al tomar una curva a derechas cayéndose de costado en la acera aunque se levanta y consigue continuar con un ritmo totalmente errático.
Se aprecia en la subida que hay tras la primera caída como va dando pequeños acelerones. Me imagino que ya no era consciente de su ritmo y su cuerpo le obedecía lo justo para mantenerlo en pie.
En varias ocasiones amaga con irse al suelo, casi de cabeza contra las protecciones, momento en el que desde mi punto de vista, deberían haberle ayudado o incluso detenido ya que era claro que no era dueño de su cuerpo ya.
Al final cae desplomado a falta de poco más de un kilómetro para el final y se ve como no es capaz ni de ponerse de pie, ni de agarrarse a las protecciones, ni tan siquiera de sentarse.
Pero la ayuda médica no aparece por ningún lado.
En los 5 minutos que transcurren desde que se cae por primera vez hasta que le pasa el australiano Michael Shelley, que sería oro en la línea de meta, se ven más de tres motos siguiendo a Hawkins pero ni un solo médico que le ofrezca ayuda.
La verdad es que a mí, el video me pone la piel de gallina y sigo sin entender como nos dejaron ver a Hawkins «agonizar» de esa manera.
Como dijo muy acertadamente Martín Fiz;
Si algún día me veo en esa situación, que no esperen y me paren inmediatamente. Siempre va antes la vida y salud del atleta que cualquier medalla.
Toda una verguenza que por desfracia muchos aficionados verán con ojos de admiración y envidia.