¿Cuál es la diferencia entre una
explicación y una excusa?
Es una pregunta demasiado abierta pero una explicación nos indica el porqué ha ocurrido un hecho mientras que una excusa solamente trata de esclarecer que uno no es el responsable.
Requiere mucha fortaleza el admitir que se ha errado y aceptar sus consecuencias.
Pero un grupo tan laureado y admirado por su fortaleza física como son los atletas de élite son a menudo los más imaginativos y en muchos casos no faltos de creatividad, como veremos a continuación.
Si está demostrado que un ajedrecista puede perder unas 400 calorías por partida (de aproximadamente 3 horas) debido a la elevada actividad mental, seguro que alguno de estos cazados practicando doping ha excedido con creces esos límites.
Lo que más duele es ver que alguno de los atletas nombrados más abajo son los poseedores de records que aún hoy en día siguen vigentes y que con tal hecho han dejado escrito su nombre en las páginas doradas del deporte, privando de ese derecho a otros atletas con un pasado impecable, sin manchas.
Veamos algunas de las excusas más rocambolescas que se han dado tras salir de un control antidopaje.
1) A Fatima Yvelain le llueve EPO
Fatima Yvelain, una corredora francesa de media distancia que fue cazada en un control antidoping tras competir en el medio maratón de Perpignan en 2012 tuvo el coraje de usar una de las mejore excusas que jamás he leído.
Hay que decir que su relato comenzaba con una verdad:
«Había llovido mucho durante toda la carrera».
Ahí termina la realidad dando paso a la pura ficción:
«El agua corría por la calzada y no tengo muy claro cómo pero debió de arrastrar consigo algún tipo de sustancia dopante que llegó a mis zapatillas y a mis pantalones cortos.
Al hacer el control antidoping, este agua contaminó la muestra de orina tomada tras la carrera».
No hay ni que decir que la Federación Francesa de Atletismo la escuchó con mucha atención antes de sancionarla con dos años de sanción.
Fatima Yvelain, dio positivo por EPO a la edad de 42 años pero en su palmarés sigue teniendo tres campeonatos franceses de 5’000m lisos.
Pongo en duda que hayan sido conseguidos limpiamente.
2) Sotomayor, Cuba y las conspiraciones de la CIA
Más conocido para nosotros es el caso del cubano Javier Sotomayor, todavía poseedor del récord del mundo de salto de altura con 2.45 m y que dio positivo por cocaína en los Juegos Panamericanos de 1999.
Cuba y en especial Fidel Castro, no concebía que un atleta de sus tierras pudiese ser culpable de tal falta así que el Partido Comunista Cubano al completo acudió a su rescate.
El periódico Granma, explicó a todos sus lectores que Sotomayor estaba siendo víctima de un complot dirigido por la CIA y la mafia «anticastrista».
Relataban como los Juegos Panamericanos eran el escenario ideal ya que ofrecían plenitud de oportunidades de introducir una dosis de cualquier sustancia dopante en la comida o bebida de los atletas.
«Sería muy sencillo el sobornar a alguien que tenga acceso a la alimentación del deportista»
Tal fue el fervor con el que Fidel Castro defendió al atleta, que la sanción de dos años impuesta por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) se vio finalmente reducida a la mitad para que Sotomayor pudiese acudir a las Olimpiadas de Sydney.
Un año después el atleta cubano volvería a ser cazado en otro control, esta vez por nandrolona mientras decía una frase demasiado manida y que ha perdido casi todo su significado ya.
«Sé que cada vez que hay un positivo por doping todo el mundo clama su inocencia, pero en mi caso yo soy realmente inocente».
3) Justin Gatlin y su afán por ser pillado
En 2001 ya fue sancionado dos años (reducido posteriormente a uno solo) tras dar positivo por anfetaminas durante el campeonato juvenil de Estados Unidos.
Su excusa, un medicamento para corregir un déficit de atención.
En agosto de 2006, Gatlin recibió una segunda sanción de ocho años por doping tras dar positivo en testosterona, el producto estrella de los velocistas tramposos.
Su estrategia defensiva esta vez fue la de culpar a Christopher Whetstine, un masajista rencoroso que tras saber que iba a ser despedido por Gatlin decidió aplicarle una crema en la espalda a sabiendas de que contenía testosterona.
El propio Gatlin, relataba como llegó a ese momento de lucidez:
«Todas las piezas encajaron perfectamente cuando los test confirmaron que la sustancia dopante no llegó a mi organismo en forma de inyección o por vía oral sino en forma de crema.
Whetstine, era la única persona que tenía acceso a mi cuerpo por aquel entonces»
Por supuesto, el masajista negó toda la historia y Gatlin fue sancionado a ocho años que vería reducidos a tan solo cuatro por colaborar con la USADA.
Su entrenador por aquel entonces, Trevor Graham, es el mismo que llevó a la gloria a otros mitos caídos como Marion Jones o Tim Montgomery.
Ya con 35 años, arrebataría a Usain Bolt el privilegio de despedir una carrera plagada de éxitos en lo más alto del podium durante la final de los 100m en las Olimpiadas de Londres 2017.
Cuarenta minutos después de terminada aquella final, Usain Bolt seguía hablando con los medios y disfrutando del calor del público sobre la pista. Gatlin, por otra parte desapareció enseguida, siendo incluso abucheado por el público tras su victoria y más tarde en el podium.
Recientemente, su triunfo en Londres se ha cubierto de una conocida y larga sombra de sospecha cuando sus entrenadores cayeron en una emboscada de los periodistas del diario Telegraph británico.
Estos se hicieron pasar por productores de Hollywood y ofrecieron 250.000 dólares al entrenador (Dennis Mitchell) y agente de Gatlin (Robert Wagner) para que «rellenasen» de músculos a un actor que iba a interpretar el papel de velocista en una próxima película.
Todo este proceso fue grabado con cámaras ocultas y durante esta reunión, las dos personas más cercanas al atleta dijeron no tener ningún tipo de problema en acelerar la musculación del actor con testosterona y hormona de crecimiento.
Fueron más allá y afirmaron que el doping está muy extendido en el atletismo norteamericano y que el mismo Gatlin recurría a sustancias prohibidas, pero que no daba positivo ya que usaba anabolizantes de vanguardia, desconocidos todavía por los laboratorios.
Justin Gatlin, todo un ejemplo de reincidencia.
4) Tyler Hamilton y el hermano que siempre quiso tener
Esta es mi favorita con diferencia y eso que tengo un gran respeto por Tyler Hamilton.
Algunos científicos afirman que el 20-30% de las mujeres que se quedan embarazadas de gemelos dan finalmente a luz a un solo niño.
En casos extremadamente contados, el otro feto puede ser absorbido de nuevo por el organismo de la madre durante las primeras semanas del embarazo.
Lo sé, no te esfuerces en entender la teoría.
Cuando esto pasa, afirman estos mismos científicos, es posible que algunas células del feto no nato pasen al organismo del otro gemelo y permanezcan en él durante toda su vida.
Este fenómeno se denomina quimerismo.
Pues esto es lo que argumentó el ciclista americano Tyler Hamilton para tratar de salir airoso de su positivo en la Vuelta a España de 2004.
Se encontraron dos tipos diferentes de sangre en su organismo, una evidencia clara de que se habían realizado transfusiones sanguíneas.
Pero un profesor de biología molecular del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) empezó a buscarle una posible segunda explicación y decidió contactar con Bill Hamilton, el padre de Tyler explicándole la teoría del quimerismo.
Por supuesto, los Hamilton se sintieron profundamente identificados con esta nueva excusa y empezaron a clamar su inocencia.
Más tarde, Tyler abandonaría esta alocada huida hacia adelante y se declararía culpable contando todo con pelos y señales en uno de los libros más vendidos sobre el doping en el pelotón internacional.
Su relato, podemos decir que fue el principio del fin para uno de los mayores fraudes del mundo del deporte: Lance Armstrong.
El libro os lo recomiendo encarecidamente. Sencillo de leer, no se hace largo y expone muy bien la faceta de matón que tenía Armstrong que fundamentaba en el miedo todo su poder.
Un último detalle que me gustaría destacar de este caso es que aunque finalmente Hamilton admitió haberse realizado transfusiones durante casi toda su carrera deportiva, siempre empleó su propia sangre y nunca la de otra persona.
Esto nos deja con la incógnita de como es posible que los médicos cometiesen el error de mezclar bolsas de diferentes corredores aún a riesgo de poder matar a una persona.
El más sonado de estos errores fue quizás el ocurrido al ex ciclista del equipo Kelme Costa Blanca, Jesús Manzano, que estuvo a punto de morir en un tren tras recibir 125 ml de sangre que resultó ser incompatible a la suya.
5) La noche y las malas compañías
Son muchos los atletas que han atribuido sus positivos a una noche de fiesta.
El tenista francés Richard Gasquet, fue cazado por cocaína durante el Miami Masters en marzo de 2009.
Su explicación de los hechos, a pesar de lo bizarra que pueda parecer le sirvió para salir absuelto del caso y ahorrarse dos años de sanción.
La cocaína entró en su cuerpo la noche previa al análisis, tras una juerga en un club de Miami que no recuerda bien, en el que besó a una chica de la que solamente conoce su nombre: Pamela.
Otro que salió indemne y también por cocaína fue el gran Laurent Fignon.
El ganador de dos ediciones del Tour de Francia y un Giro a Italia, relata en su libro «Éramos jóvenes e inconscientes« como en 1984 estuvo a punto de tirar su carrera por la borda durante el Clásico RCN en Colombia.
(La imagen es un enlace al libro en Amazon)
Cito de su libro:
«A fuerza de oír ‘es la mejor del mundo’, ‘¡Dios mío, sí que es buena!’, nosotros nos dijimos: ‘¡joder, vamos a probar!’.
Era la víspera de la llegada a Bogotá, donde tradicionalmente el Clásico terminaba. Y dado que ya no se disputaba nada más de importancia en esta competición, los riesgos estaban medidos».
Asegura Fignon, que pese a que cada uno de sus compañeros aspiró casi un gramo de cocaína, ninguno sintió el efecto de la droga, por lo que decidieron sacar más cantidad de droga.
«¿Esto es coca?»
(Laurent Fignon)
Fignon se sentía decepcionado por creer que le acababan de vender azúcar en polvo y hasta cita el precio de compra, 10 dólares el gramo.
«Digamos que no sabíamos lo que era esnifar así que estábamos frustrados y un tanto desesperados. La aspiramos toda de un golpe, un gramo cada uno… que se evaporó en nuestras fosas nasales.
Evidentemente los efectos de la cocaína alcanzaron finalmente nuestros cerebros de imbéciles. ¡Dios mío, cómo se me subió a la cabeza! Una sensación inverosímil, perdí totalmente el sentido, ya no tocaba la tierra, estaba volando.
Tenía la impresión de que las ideas se creaban más rápido de lo que mi espíritu podía analizarlas. No sabía ni cómo me llamaba».
Lo más curioso de la historia es que al día siguiente, a pesar de no haber pegado ojo por haberse ido de bares, se encontró en plena forma y ganó la última etapa que terminaba en Bogotá.
Entonces vino el control antidopaje y fue cuando tomó conciencia de lo que acababa de hacer.
«En una fracción de segundo vi pasar toda mi carrera por delante de mis ojos. No paraba de preguntarme el porqué tuve que ganar esta etapa. ¿Por qué?’.
Yo tenía claro que iba a dar positivo. ¿Cómo no iba a ser así?».
Pero mientras orinaba para dejar la muestra, Fignon se dio cuenta de que los ciclistas colombianos habían ganado bastantes de las etapas de ese Clásico RCN mientras no ocultaban su consumo de cocaína.
El campeón francés llegó a una conclusión:
«Los controladores colombianos tenían que estar forzosamente dentro el juego. Dejé el puesto de control un poco nervioso pero convencido del peso de mi razonamiento.
Tal y como esperaba, no tuve ninguna sorpresa tras el control. Blanco como la nieve, inmaculado como el polvo».
Cambiamos de protagonista… pero no de excusa.
Decimoséptima etapa del Tour de Francia de 2006, final en Morzine, una de esas etapas que hacen leyenda por su dureza y sus cinco puertos alpinos… y un loco llamado Floyd Landis atacando a 135km de meta!
Rodando él solo contra viento, un pelotón de otros 150 ciclistas y marea, se hace los cinco puertos de la etapa él solito y llega a meta a 7:08 del grupo de favoritos dando un giro de 180 grados a la clasificación.
Por guardar las formas, hubo que esperar al control antidopaje que certificó (cuatro días tras la finalización de esa edición del Tour) que el ciclista de Pennsylvania iba hasta las cejas de testosterona.
Las excusas fueron variadas y cada una reemplazaba a la anterior a medida que la UCI se las iba tirando abajo.
Su primera reacción fue decir que su cuerpo generaba la sustancia de forma natural pero se demostró que la testosterona era sintética, no pudo haber sido creada por Landis.
Entonces adujo que alguien le había dado algo sin él darse cuenta, lo que habría causado el positivo. Nadie se creyó esta excusa tan vaga.
Luego se acordó de que había estado usando cortisona para paliar unos dolores en la cadera. Tampoco tuvo el efecto deseado por Landis esta afirmación.
Finalmente nos contó a todos que la noche anterior a la etapa de Morzine se había tomado «dos cervezas y cuatro vasos de whisky» que había alterado sus niveles naturales de testosterona.
Resulta difícil de creer que después de emborracharse la noche anterior, fuese capaz de levantarse al día siguiente y meterse unas 7’000 calorías entre pecho y espalda para protagonizar una de las fugas más espectaculares que se recuerdan en la historia de este deporte.
Por supuesto, fue desposeído del título que recayó de forma automática en el segundo clasificado, el gallego Óscar Pereiro.
Lo más gracioso del caso para mí, es que tres años después, la Agencia Francesa de Lucha contra el Doping, denuncia a Floyd Landis por presunto delito informático.
Alguien había intentado hackear el sistema informático de la agencia para acceder al dossier de Landis y manipular algunos datos con el objeto de desacreditar al laboratorio que destapó el positivo.
Pero no te preocupes demasiado por Landis, se mudó a tierras americanas y abrió un negocio de marihuana. El bueno de Floyd sí que supo redirigir su carrera.
6) Demasiado sexo antes de competir te puede dar un oro olímpico
La sustancia dopante nandrolona, tiene un lugar privilegiado en la historia más oscura del deporte.
Es producida de forma natural por algunas mujeres embarazadas y esto ha sido el punto de partida de muchas, muchas excusas en multitud de deportes.
La tenista Sesil Karatantcheva dio positivo por esta sustancia en 2005 tras lo que alegó que la nandrolona era producida de manera natural por su organismo debido a que estaba embarazada.
Una pena que fallase también los test de embarazo.
En 1998, el japonés Junsuke Inoue fue expulsado del equipo nacional de billar tras dar positivo por metiltestosterona que según el propio inculpado se introdujeron en su organismo como parte de un medicamento que se tomaba para aumentar su desempeño sexual.
«Mi esposa tiene todo el derecho del mundo a estar satisfecha» . – Llegó a afirmar el bueno de Junsuke.
Otro caso famoso fue el del oro olímpico LaShawn Merritt, sancionado por 21 meses tras usar un remedio omeopático para alargar el pene.
El nombre del tratamiento lo dice todo: ExtenZe
Pero quizás el más sonado fue el del velocista de Estados Unidos, Dennis Mitchell que alegó que los niveles tan elevados de testosterona detectados en su orina se debían a una noche loca de «sexo y cervezas».
Parece ser que el mismo día en que le realizaron el análisis, era el cumpleaños de su esposa y llegaron a tener sexo durante al menos cuatro ocasiones.
«Era su cumpleaños y la chica se merecía una recompensa» .- clamaba Dennis.
La Asociación de Atletismo Americana le creyó pero al final, la IAAF tomó cartas en el asunto diciendo que aunque los niveles de testosterona pueden aumentar ligeramente tras el acto sexual, ni de lejos se puede llegar a los niveles encontrados en su organismo.
Más tarde, Dennis Mitchel admitiría ser parte de la trama de doping llamada Balco, destapada mediante una llamada anónima a la USADA y que provocó la caída de Marion Jones (5 medallas olímpicas) y su marido Tim Montgomery entre otros.
Sorprende el leer que a pesar de su pasado más que oscuro, Estados Unidos otorgase a Dennis Mitchel el cargo de entrenador del equipo nacional de relevos.
Saltamos ahora un caso bastante controvertido. El de Daniel Plaza.
Tuve muchas dudas de si incluirlo en esta entrada o no debido a que es un atleta español y esto suele levantar antipatías en muchos fans incondicionales.
Lo que me decidió a profundizar un poco más en este caso fue precisamente la poquísima información que se puede encontrar en la red y la que se encuentra lleva incluso a un juicio equivocado.
Daniel Plaza gana el oro olímpico en los 20km marcha en Barcelona ’92 convirtiéndose en el primer español en ganar un oro olímpico en cualquier disciplina del atletismo (días después llegaría el de Fermín Cacho).
En 1993 se hace con el bronce en el Campeonato Mundial de Atletismo en Stuttgart pero en 1996 cae en desgracia al dar positivo en un control antidopaje muy poco antes de viajar a los Juegos Olímpicos de Atlanta.
Se encontró nandrolona en su cuerpo pero él, lógicamente, no podía jugar la carta del embarazo.
Lo que dijo, fue que la sustancia había llegado a su cuerpo tras practicar sexo oral con su mujer que sí que estaba embarazada. A pesar de sus esfuerzos, fue sancionado con dos años de suspensión.
«Nunca he tomado ningún tipo de sustancia prohibida porque, de hecho, estoy totalmente en contra del doping.
Algo raro está pasando y no sé exactamente lo que es.» – Afirmaba Plaza en su defensa.
Si buscas por internet algo de información sobre el caso, encontrarás muchos artículos que en mi opinión llevan a engaño afirmando que Daniel Plaza por fin ha sido exculpado, nueve años después de su positivo.
Es cierto que en 2006 el Tribunal Supremo decide estimar el recurso del marchador Daniel Plaza pero todo ello basado en defectos de forma durante el proceso.
El Real Decreto 255/96 sobre Régimen de Infracciones y Sanciones para la Represión del Dopaje dicta que tras un positivo se debe iniciar el expediente dentro de los quince días siguientes a la recepción del contra-análisis en la Federación Española de Atletismo.
Pues este fue el error.
Se tardó más de la cuenta en iniciar ese expediente y este defecto de forma fue el que causó que en 2006 se «le diese la razón» a Daniel Plaza.
Desde el punto de vista del que escribe, el que te den la razón en un caso de doping porque un funcionario no tuvo ganas de trabajar durante dos semanas de julio de 1996 saltándose todos los plazos a la torera… no es sinónimo de que no hayas hecho trampas.
Se sigue sin saber como llegó la nandrolona a su organismo.
Este artículo de La Vanguardia es de los pocos que explican todo el proceso.
7) La inagotable excusa de la comida
No es que sea una excusa tan extraña como para estar en esta lista pero ha sido tan recurrida por los atletas que se merece un apartado en ella.
Si hacemos caso a todos los inculpados, deberíamos plantearnos muy seriamente lo que nos llevamos a la boca.
He aquí una lista de algunos alimentos «contaminados»:
- Tong Wen, judoka: Chuletas de cerdo (clenbuterol)
- Alberto Contador, ciclista: Chuletón (clenbuterol)
- Petr Korda, tenista: Carne de ciervo (nandrolona)
- Adrie van der Poel, ciclista: Pastel de pollo (estrictinina)
- Alexi Grewal, ciclista: Pastel de amapolas (opiáceos)
- Graham O’Grady, triatleta: Pan con semillas de amapola (morfina)
- Nick Delpopolo, judoka: Brownies (marihuana)
- Gilberto Simoni, ciclista (2002): Anestesia del dentista (cocaína)
- Gilberto Simoni, ciclista (2003): Caramelos peruanos para la tos
- Wang Wei, nadador: Hígado de cerdo (clenbuterol)
- Xiong Guoming, nadador: Hígado de cerdo (clenbuterol)
¿De verdad es posible dar positivo por doping tras comer carne?
El caso de los alimentos contaminados, parece estar menos claro de lo que yo pensaba cuando empecé a escribir esta entrada hace unos días.
El laboratorio nacional chino dedicado a la lucha contra el doping quiso ver como de real era la posibilidad de encontrarse clenbuterol en la carne de cerdo.
Compraron varios kilos de carne en un mercado local y la distribuyeron entre los empleados del propio laboratorio para luego analizar la orina de todos ellos.
El resultado fue que varios de los trabajadores (no se especifica cuantos) fallaron el control antidopaje y si fuesen atletas habrían sido sancionados.
Otro caso que arroja algo de dudas en favor de los sancionados fue el vivido por los nadadores chinos Xiong Guoming y Wang Wei, sancionados por clenbuterol que supuestamente llegó a su organismo a través de la ingesta de hígado de cerdo.
Como ambos nadadores fueron capaces de identificar la tienda en donde compraron la carne contaminada, llevaron a analizar 60 muestras de carne del mismo establecimiento.
La FINA (Federación Internacional de Natación) encontró ratros de clenbuterol en 11 de esas muestras.
- ¿Cuál crees que debería ser la sanción para aquellos tramposos que sean cazados? ¿Te parecen dos años suficiente?
- ¿Conoces alguna otra excusa digna de J.K.Rowling para justificar un caso de doping?
¡Anímate en los comentarios!
Fuera TUE y todas las excepciones a la regla. Todos limpios y fuera!!
Lo de Gatlin no tiene ni nombre. Vaya verguenza de tio para el mundo del atletismo.