Hay lecciones en la vida que solo se aprenden tras una desviación extrema de tu cómoda y segura rutina.
Jared Campbell, dos veces finisher del Maratón de Barkley.
Desde que hace ya un par de años, Fran, me habló de los locos de Barkley, no pude dejar de pensar en ellos.
Un ultramaratón que consta ya de 33 ediciones pero que solamente han conseguido terminar 15 personas.
No solamente un grado de dureza casi inhumana sino su secretismo tan fuera de lo habitual en esta sociedad de la sobreinformación contribuye mucho a acrecentar su fama, convirtiéndolo en una prueba de culto e incluso obsesión para algunos.
Y es que con tan solo leer el email que recibes en tu correo tras ser aceptado en el Maratón de Barkley, hace que cualquier Ironman parezca un paseo por el parque.
Cito textualmente:
Querido Diego.
Es mi desafortunado deber el informarte que has sido elegido para participar en la edición 2020 del Maratón de Barkley que tendrá lugar del 2 al 4 de abril de 2020 en Frozen State Park, estado de Tenesis, Estados Unidos.
Te adelantamos que esta experiencia no te llevará más que a una larga agonía tras la cual solamente encontrarás el fracaso y la humillación. En el mejor de los casos, es posible que salgas de esta aventura sin daños físicos y mentales que te atormenten durante el resto de tu vida.
Si lo deseas, puedes dedicar los próximos meses, desde hoy mismo hasta abril, a un inútil intento de entrenar para así poder recorrer una mayor distancia hasta que llegue tu inevitable abandono final.
Pero sería mucho mejor si dedicases este tiempo a dejar todos tus asuntos en orden y disfrutar mínimamente.
Actualiza tu testamento, visita a tus amigos y familiares y deja atados todos los cabos sueltos que tengas en tu vida.
En caso de que la deteriorada condición mental que te ha llevado a inscribirte al Maratón de Barkley mejore un poco, puede que todavía puedas salvarte contestando a este email para dejar tu plaza libre para algún otro desafortunado.
Hay muchos locos sufriendo tus mismas condiciones que “quieren” participar en esta empresa sin sentido.
Si no es el caso, por favor, responde diciendo que deseas participar.
(…)
Este es el medio por el que comunicaré cualquier información relacionada con la carrera. No prestes atención a ninguna otra fuente ya que la inmensa mayoría de los participantes de anteriores ediciones seguramente hayan quedado mentalmente dañados en sus vanos intentos de terminar esta carrera. No son fiables.
Para proteger tu intimidad, no anunciaremos públicamente los participantes en la prueba. Eres libre de fracasar en silencio, anónimamente, sin que nadie se de cuenta de ello.
Pero si deseas hacer público tu participación, es tu decisión. Eso sí, no te sorprendas cuando tus allegados comiencen a pedir que les dejes en herencia tus posesiones más preciadas o pregunten en donde guardas tus tesoros.
Que tu dios te acompañe.
Laz.
Como ves, no será por falta de aviso.
¿Y cómo se inscribe un loco al maratón de Barkley?
Lo peculiar de esta prueba comienza ya cuando tratas de inscribirte a la misma.
Su cuota de inscripción es de 1.60 dólares, sí, has leído bien, un dolar con sesenta céntimos que no son reembolsables. Es un céntimo por cada uno de los kilómetros que tiene la prueba.
Si es tu primera participación en Barkley, se requiere también que lleves una matrícula de coche de tu localidad o país en donde residas y que será parte del mítico «muro» que se forma en cada edición.

En caso de que ya seas veterano, los que ya han fracasado en Barkley y quieren repetir, se te requerirá aportar un par de calcetines negros o azules marino con los dedos amarillos.
Y en caso de que alguno de los 15 iluminados que lo han conseguido terminar en estos últimos 30 años quieran repetir la agonía, deberán aportar un paquete de cigarrillos Camel.
Para inscribirte a la prueba debes contactar con uno de sus creadores, Gary Cantrell (Lazarus Lake), que te hará cualquier pregunta existencial/absurda antes de ponerte en la lista de espera.
Así de «sencillo» y peculiar es el proceso de inscripción.

Cuota de inscripción al Ironman Suiza: 835 dólares
Cuota de inscripción al Maraton de Barkley: 1,60 dólares
Esto no puede ser tan duro… ¿en qué consiste exactamente el Maratón de Barkley?
Todos los participantes tienen 60 horas para recorrer 160 kilómetros (100 millas) que atraviesan un tupido y escarpado bosque, con un desnivel acumulado de 18.300 metros (el Kilimanjaro tiene 5.895 metros).
Además del límite total, hay que completar cada una de las vueltas en menos de 12 horas.
Por si no bastaba con la exigencia del recorrido, se supone que si has conseguido llegar hasta Barkley, deberías saber como salir de Barkley por lo que no existe ni una sola señalización en todo su curso.
Al comienzo de la prueba se entrega a cada corredor un mapa, una brújula, un reloj Casio y un grupo de coordenadas en donde encontrarás un total de 9 libros escondidos en el bosque.
De esos libros, deberás arrancar la página que se corresponda con el número de tu dorsal para probar que pasaste por allí.
En caso de que pierdas la página de dicho libro… estás descalificado.
No se permite usar GPS, altímetro o cualquier otra ventaja que te facilite salir del infierno de Barkley.
A pesar de que la información sobre la carrera es mínima, cada vez que algún atleta consigue llegar a la meta, se rediseña totalmente la ruta para la siguiente edición.
Su web es de lo más espartana que te puedes encontrar en este mundo y se limita a poner un listado de relatos de los finishers que ha habido desde 1995.
De hecho, cuando redactaba esta entrada, casi ni aparecia en la primera página de Google al teclear «Barkley Marathon».
Dicen que solamente publican un listado de los que han terminado la prueba, nunca del resto de participantes, para poder así «ahorrarte» la vergüenza de tener que contar al mundo que has fracasado en el intento.
En caso de que intentes la hazaña, será tu decisión el contarlo a los demás o borrar todo registro de tu futil y estúpido intento.
Si su proceso de inscripción es un tanto peculiar, su salida no se queda atrás. Nadie sabe a ciencia cierta a que hora será, solamente que tendrá lugar el primer sábado de abril.
Una hora antes de que arranque la prueba, Gary hará sonar un cuerno para avisar a los desprevenidos atletas que tratan de dormir en sus tiendas, en la zona de acampada.
Esto puede ocurrir de madrugada, a medio día o al anochecer. Nadie lo sabe.
Tras esa hora de preparación, tras escuchar el cuerno sonar, todos los corredores deberán estar listos en la valla amarilla que señaliza la salida.

No habrá bocinas, speakers o nada parecido. En cuanto Gary enciende su pitillo los corredores salen disparados.
El recorrido consta de 5 vueltas durante las cuales irán alternando el sentido de la marcha. Al fin de cada vuelta volverán a la misma zona de acampada y Gary les hará tocar de nuevo la famosa valla amarilla antes de hacerle la misma pregunta a todos.
«¿Deseas continuar este sufrimiento?, ¿Sigues en la carrera o quieres abandonar?»
Gary Cantrell, creador del Maratón de Barkley
En caso de que la respuesta sea negativa, un amigo de Gary, presente en todas las ediciones, tocará una marcha fúnebre con su corneta mientras el «perdedor» va camino de su tienda de campaña.
El primer corredor que llegue al comienzo de la quinta y última vuelta, elegirá el sentido que prefiera. A partir de ahí, los siguientes participantes irán en sentidos alternos.
A las tres primeras vueltas, 96 km, se les denomina irónicamente como «fun run» y es el objetivo de muchos de los atletas que comienzan la prueba pero ya saben que no podrán con sus 160 kms.

Historia del maratón de Barkley:
¿Y cómo nace esta maravillosa locura? Pues como muchas otras grandes aventuras, con un grupo de amigos, alguien que se crece, se viene arriba y suelta un brindis al sol.
En 1977, James Earl Ray, el asesino de Luther King, se fuga de su cárcel en Brushy Mountain, en el parque de Frozen Head.
La policía comienza una búsqueda minuciosa alrededor de la prisión y va aumentando el radio de acción a medida que pasan las horas, tratando de adivinar por donde estaría James Earl.
55 horas después de su desaparición, lo hayan a tan solo 13 kilómetros de la prisión, lo que desencadena las burlas de Cantrell y sus amigos.
Es en este mismo momento cuando Cantrell dice algo que daría origen al maratón de Barkley…
«Yo hubiera recorrido como mínimo 160 kilómetros».
Gary Cantrell, creador del Maratón de Barkley
¿Si es tan secreta la prueba, cómo se sabe tanto de ella?
En 2014, Netflix emitió un documental titulado «La carrera que devora a sus crías» que desveló al gran público la existencia de esta carrera.
Desafortunadamente, hay un creciente riesgo de que la prueba muera de éxito ya que en sus últimas ediciones se han empezado a ver corredores profesionales con su caravana provista de calefacción para descansar entre vuelta y vuelta.
Para una carrera que siempre se ha caracterizado por un espíritu un tanto hippie, inscripciones regaladas y cierto aura de misterio, el que pase a ser «trending topic» puede ser el comienzo del fin.
Lo bueno es que Gary nunca ha tratado de conseguir ninguna notoriedad o beneficio económico asi que es muy libre de limitar la entrada a cualquier participante o iniciativa que no vaya acorde a su idea.
Ojalá sea así y aunque parece que no resistirá por mucho tiempo, me gustaría que el Maratón de Barkley sigan siendo una prueba con ese aura de desconocimiento y fuera del radar de las redes sociales.
Solo apta para un grupo de hippies demasiado locos como para dejar de correr.
Puta locura tú! No conocía esta animalada.
Gracias por poner el documental de YouTube, es increíble.
Cuando crees que ya has visto toda locura vas y lees esto. Manda huevos!
Puta locura tú! No conocía esta animalada.
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