Aquí os traigo una muy buena crónica del Ironman Zurich 2016 escrita por mi amigo Alfredo González, siempre dispuesto a responder a todas mis preguntas, que invita a escuchar cuando habla y que me ha ayudado mucho a mejorar sobre la bicicleta luchando por agarrarme a su rueda en las largas salidas de fin de semana.
Para poneros en perspectiva, hay que decir que el Ironman Zurich 2016 ha sido el foco central de su preparación este año, empleando pruebas de menor distancia (70.3 Rapperswil) como importantes piedras de toque.
Su punto fuerte es la carrera donde destaca por encima de la media, siendo de esos pocos especímenes que son incluso capaces de «casi disfrutar» el temido km 32 de una maratón.
Cuántas horas me habré pasado yo tratando de seguir a esta bici…
En la bici hay que andar con ojo y cuando se acopla en su Planet X no es momento de charla sino de tratar de agarrarte a su rueda y apretar los dientes.
Ha cruzado ya la meta de varios maratones y triatlones en distancia IM pero la temporada que viene centrará su preparación en el trail running aunque sabe que no dejará la bici aparcada por mucho tiempo.
Esta crónica me parece que se merece una segunda y tercera lectura ya que está cargada de información. Cada vez que la leo descubro algo nuevo que me apetece probar ya sea a nivel de alimentación, mentalización o incluso el tema logístico que a mí, personalmente, me cuesta todavía un poco.
No quiero escribir mucho más ya que en esta entrada el único protagonista es Alfredo y su Ironman Zurich.
IRONMAN ZURICH (SUIZA) – JUNIO 2016
A ver por donde empiezo esta crónica ya que no quiero que me salga demasiado derrotista. Cada hora que pasa estoy más contento con lo que hice y menos decepcionado.
Así de primeras decir que el hecho de hacer el Ironman en casa me ha perjudicado más que ayudarme. Es cierto que el tema de la logística queda reducido a tenerlo todo listo el día D pero por otro lado resta esa tensión deportiva previa que conlleva el preparar maleta, bici y demás “aparejos”.
Vamos ahora al tajo, lo voy a dividir por partes:
ALIMENTACIÓN:
Llevaba dos bidones con geles, uno frio y otro congelado para la segunda mitad (288 gr de carbohidratos) más dos barritas de Powerbar y los Waffles de chocolate y en teoría el sándwich de Nutella. Aparte de eso, pastillas de sal, y mi querido ibuprofeno para el km 90 del sector de bicicleta.
PREVIA:
El día de antes un día más o menos tranquilo, no muy cansado. Fuimos a ver el short, a recoger a una amiga la estación, el checking de la bici y luego rápido a casa. Esta vez, aunque daban previsión de lluvia me lleve casi todo el material de la bici y la carrera (excepto la alimentación) metido dentro de otra bolsa de plástico por si llovía.
A la mañana siguiente saqué todo de la segunda bolsa, cargué la bici con los bidones, herramientas, Garmin… Vamos, que lo dejé todo más o menos listo. Primeros errores de la carrera, me encontraba o demasiado relajado o demasiado nervioso pero metí el sándwich de Nutella en la bolsa de correr en lugar de la de la bici… cagada monumental.
El sábado por la mañana mi amigo Aitor me puso Kinesotape en los gemelos para evitar calambres, no sé si funciona pero a nivel psicológico sí que ayudo.
Como anécdota, ya se sabe que los deportistas somos un poco maniáticos, como tenía pensado correr con las pantorrilleras no me había depilado pero el sábado por la tarde… no puede aguantar y me depile guarramente. Más vale no arrepentirse de no haberlo hecho.
NATACIÓN:
Soltando los últimos nervios antes de empezar, Adrián (izquierda), Aitor (centro) y Alfredo (derecha)
Mucho miedo en la natación porque no había conseguido nadar más de 3000m seguidos sin tener calambres.
Hacíamos Rolling Start, primera vez que lo hacía y me gusto, sales con gente pero sin los agobios. Primeros metros muy bien, respirando bilateral, me encuentro cómodo siguiendo pies y me doy cuenta de que paso a bastante gente, en la tabla de tiempos se corresponden con los dos primeros parciales, que para ser distancia IM me parece más que aceptable ya que ambos están por debajo de 2min/100m.
La diferencia la marcan unos buenos pies a los que seguir. Que se lo digan a Varga y los Brownlee.
Después de este primer km empieza el desastre.
Éramos un grupo de unos 20-30 y según nos acercamos a lo que creíamos que era la segunda boya nos dice un voluntario que nos hemos saltado una boya y que tenemos que volver para atrás. Aquí cometí mi primer error y que no volverá a pasar, me pongo a “discutir” con el voluntario y pierdo el grupo, me encuentro que estoy nadando en contra dirección y voy casi solo.
A partir de aquí más o menos solo y eso se nota en el ritmo. La recta de 1’5 km se me hace eterna y en cada boya pienso que me toca girar y no… hay que seguir. Llega un momento que decido ir de una en una y se me pasa el tiempo más o menos rápido.
No sé por qué en el km 3’4 se me para el reloj (creo que ya va siendo hora de jubilarlo) y deja de medir distancia pero no tiempo.
Hablando con un amigo que le paso lo mismo me dice que le han salido mínimo 200m así que haciendo cuentas me dan unos 4km (nunca había nadado tanto) que se corresponde con un ritmo lento pero no tan desastroso como me marcaba el Garmin al principio.
En general para no haber usado NADA las piernas no está mal.
- Lección número uno: Si tienes unos buenos pies no los pierdas.
- Lección numero dos: Buscar profesor de natación.
- Lección número tres: Trabajar la flexibilidad de los tobillos
PRIMERA TRANSICIÓN:
Como todas las T1 me la tomo con calma aunque no tanto como en Florida.
Siempre salgo un poco mareado y descolocado del agua y me cuesta empezar. Me ayudan a quitarme el neopreno, cojo mis cosas y me cambio sin necesidad de quedarme sentado un rato como en otras competiciones.
Pierdo un poco de tiempo buscando el sándwich que no estaba allí y un poco más mientas me vuelven a poner crema, por lo menos 20 botes de crema y una sola voluntaria…
Cojo la bici y a la carretera.
CICLISMO:
Nada más salir cometo la primera cagada, le doy al botón de cambio de deporte en mi Garmin y según estoy apartando el dedo cojo un bache y le vuelvo a dar… acabo de hacer la bici más rápida de un IM, 1 segundo de sector.
Nota mental: Darle al botón antes de subir a la bici. (otra cosa más que he aprendido)
Las primeras sensaciones de la bici no son buenas, me tira la parte trasera y superior de la pierna con cada pedalada, no sé si es el glúteo o el piramidal. Desde que cambie los pedales y el sillín no he estado 100% cómodo en la bici así que me tocara pasar por el bike fitting de nuevo para que me ajusten la bici.
También creo que ha influido el hecho de no usar las piernas y tirar de culo y espalda para mantener las piernas lo más arriba posible en la natación.
Empiezo con calma para coger ritmo, últimamente soy más diésel que gasolina y me hace falta un rato para funcionar así que me lo tomo con paciencia pero intentando mantener la media por encima de 30km/h aunque sin forzar.
La ida hasta las primeras subidas transcurre con calma aunque me sorprende la gente que me pasa como cohetes al menos durante los primeros 15km, después empiezo a adelantar gente pero más espaciadamente.
Primera subida, no me parece gran cosa y aquí sí que adelanto gente. Voy sentado, no me hace falta subirme a la bici y subo con facilidad. En el tramo siguiente que son toboganes veo un tío bastante gordo que me pasa en todas las bajadas y llanos y en las subidas se queda, sé que no aguantara las otras dos grandes cuestas.
La primera subida, la que llega a Egg la subo también sentado, con el segundo piñón salvo el último tramo. En la bajada no doy pedales manteniendo una media de más de 40km/h y descansando.
La subida de Forcé, la de las vías del tren la subo fácil, siempre me ha parecido más aburrida que dura. Una vez que llego arriba, como, tomo las sales y a bajar. Me lo tomo con precaución, no quiero caerme.
Llego al llano y a dar pedales hasta el Heart Break Hill. Las sensaciones no son malas pero cuando empiezo a subir sentado se me empieza a montar el abductor derecho, no he terminado la primera vuelta y ya estoy así… mal vamos. Consigo subir levantándome en la bici y hago el descenso ya de vuelta a la meta/salida.
Primera vuelta y me salen 3h 10min más o menos y no estoy contento.
Así que decido apretar al menos en el llano y darlo todo en las subidas. Al final, a pesar de que en las subidas voy más despacio que en la primera vuelta bajo mi tiempo en 4min.
Nota: Me va bien echar los geles disueltos con agua en los botes, no tuve pájara en ningún momento pero si hago eso no puedo llevar isotónico porque no tengo espacio en la bici para el agua y paso sed durante el sector de ciclismo.
Estoy contento con la potencia normalizada de todo el recorrido, cerca de 200W, a lo mejor me pase un poco pero yo creo que no.
Alfredo a punto de terminar una de las dos vueltas en el sector de ciclismo.
SEGUNDA TRANSICIÓN:
Nada que reseñar. Me cambio rápido (para mi) y salgo a correr.
CARRERA A PIE:
¿Por dónde empezar aquí?… Muy decepcionado.
A pesar de ir diciendo que quería hacer 3h 30min sabía que era algo prácticamente imposible pero al ponérmelo como objetivo me obligaba a esforzarme a pesar de estar cansado.
Salgo a 5min/km sin apretar y sin demasiado esfuerzo, la verdad es que no tengo demasiados recuerdos de la carrera. Solo sé que terminando la primera vuelta, el estómago dice basta y me cuesta comer y beber. La cosa se jode del todo cuando me tomo un gel, obligándome porque no había comido casi de nada.
Lo consigo aguantar en el estómago y una vez asimilado vuelvo a poder trotar a un ritmo aceptable pero en cuanto se pasa el efecto la caída es más grande aún. Lo que más me jode es que voy bien de piernas pero cada vez que tomo algo me entran ganas de vomitar.
No hay mucho más que reseñar salvo que creo que no bebí suficiente agua porque solo paré al baño dos veces en todo el IM, una en la T1 y otra en el km 25 más o menos.
Creo que cometo el error de ponerme la camiseta encima del mono de triatlón, pero lo hice a propósito para evitar rozaduras en los pezones y ahí sude demasiado.
Si os fijáis en los datos corro casi todo el tiempo en aeróbico, sin forzar ni pulso ni respiración.
FINAL:
Termino con más pena que gloria, voy a recoger mi medalla, se me pasan temporalmente todos los males. En la tienda me cambio de ropa, decidí ducharme tranquilamente en casa, cojo algo de comida y salgo fuera.
Pasa el tiempo y no consigo recuperarme así que siguiendo los consejos de Laura voy a ver a los médicos los cuales me dan una botella de agua a la que no soy capaz de dar ni un solo trago. Deciden ponerme un intravenoso de suero, como a todos los que estábamos allí.
Quiero agradecer a Alfredo por su genial crónica del IM Zurich ya que es una clarísima prueba de lo difícil que es este deporte.
A pesar de mimar cada detalle, de rumiar la estrategia de carrera y seguir el plan de entrenamiento durante meses y meses, es muy sencillo que el día de la carrera algo se tuerza y no terminemos satisfechos.
Pero esto es en parte la grandeza de este deporte y lo que nos mantendrá enganchados a él durante mucho tiempo.
No puedo cerrar esta entrada sin reconocer que además del hecho de que hace tiempo me «presentase» a su entrenador que desde entonces se ha convertido también en el mío propio, a Alfredo le debo una de las lecciones más valiosas que he aprendido en el proceso de prueba y error que es el ir aprendiendo en esto del triatlón. A pesar de que él nunca se dio cuenta.
Era mi primer 70.3, Rapperswil, al lado de casa y él junto con otros amigos también participaba. No fue bonito y pasé mucho frío en el agua, tuve varios calambres, problemas digestivos y demás desgracias que no había sabido anticipar. Nada que ver con lo que me había imaginado.
Tras tanto entrenar, todos los nervios pasados, tantas ilusiones puestas en ese día, me parecía una tremenda injusticia el que tuviese que sufrir todo eso y me pasé buena parte del día lamentándome por mi mala suerte, de muy mal humor, enfadado y decepcionado conmigo mismo.
Cuando se lo conté a mi entrenador, él me contestó que Alfredo había tenido problemas muy parecidos y me soltó una frase que me dejó pensando un largo rato delante del ordenador.
Él tuvo problemas y supo gestionarlos para sacar lo mejor que podía en esas pésimas condiciones… tú en cambio decidiste irte de la carrera.
Se puede decir más alto pero no más claro.
Pase lo que pase y venga lo que venga el día de carrera deja de llorar, saca pecho y haz lo que puedas. No harás tu mejor marca y seguro que no lo disfrutarás pero al día siguiente saldrás de casa con la sonrisa puesta.
Os dejo a continuación dos formas de contactar con Alfredo, por si queréis contactar con él para agradecerle su completísima crónica del IM Zurich 2016.